martes, 18 de enero de 2011

Avinguda del Tibidabo



Hace unos días leía en un diario que la UPC instaba a promocionar el atractivo de la Avinguda del Tibidabo, tanto por su valor arquitectónico como para descentralizar el turismo barcelonés de los lugares típicos como pueden ser todo lo relacionado con Gaudí o el Barça. La universidad politécnica propone también que el serpenteante recorrido del Tramvia Blau tenga una parada más para llegar hasta la Carretera de les Aigües y así empalmar con Collserola. Y no les falta razón para lanzar estas sugerencias, porque en la zona hay edificios realmente preciosos. Situada al pie de la montaña, la avenida Tibidabo es uno de los rincones de Barcelona que menos ha cambiado en los últimos 100 años. Fue un sueño hecho realidad por el famoso Dr. Salvador Andreu, el de las pastillas, el cual propuso a principios de 1900 la construcción de una ciudad jardín al estilo inglés (como lo que pretendía ser el Park Güell y nunca llegó a ser). Así que comenzaron a florecer mansiones proyectadas por arquitectos de renombre de la época como Puig i Cadafalch o Sagnier i Villavecchia para las gentes adineradas a modo de segunda residencia.

Tramvia Blau


Cuando se accede a esta avenida desde la Plaça de John F. Kennedy lo primero que uno se encuentra es la parada inicial del tranvía justo delante de la esquina del edificio de La Rotonda. Otrora local de grandes eventos, hotel u hospital, pero que hoy está totalmente abandonado y su vista está entre el asco y la pena. Fue ampliado por Sagnier i Villavecchia y ya en su día me comentaron sobre su situación, aquí en el blog, los encargados de la plataforma para salvarlo del derribo.

Torre Andreu (La Rotonda)


Según se va subiendo por la calle, a ambos lados aparecen magníficas torres residenciales con su terreno, en las que se instaló el siglo pasado la burguesía y que ahora están ocupadas por empresas, a las cuales siempre les gusta instalarse en edificios catalogados ya que da un plus de reconocimiento. Poca gente queda viviendo aquí, todo son multinacionales, agencias de publicidad, escuelas elitistas o bares musicales como el Merbeyé y el Mirablau, ya donde la avenida cambia de nombre por Manuel Arnús. Yo destacaría a la izquierda en el número 27 la Torre Ignacio Portabella de estilo novocentista, restaurada recientemente recuperando las pinturas originales de la fachada que representan a las cuatro estaciones. Casi a continuación, en el 31 está la antigua residencia de la familia Roviralta, casa de estilo neogótico obra del arquitecto Joan Rubió. Conocida con el nombre de El Frare Blanc, acoge el restaurante El Asador de Aranda.

Torre Ignacio Portabella


Frare Blanc


Después de cruzar la Ronda de Dalt, la Avinguda Tibidabo deja su trayectoria recta para comenzar a curvarse y vencer la pendiente de Collserola. El primer edificio del lado norte es de la UOC y luego ya comienzan a surgir casas para quitar el hipo y la estación del funicular del Tibidabo en la Plaça del Doctor Andreu, que sube hasta el parque de atracciones. El remate final es la finca El Pinar, que ocupa 30 números de calle y en la que está construida la casa del banquero Evarist Arnús en un saliente de la montaña con vistas hacia toda la ciudad.


Casa Evarist Arnús, de Enric Sagnier i Villavecchia con el Tibidado al fondo

1 comentario:

Tot Barcelona dijo...

realmente bello ¡¡¡¡