martes, 18 de marzo de 2008

La sombra de lo que eran



Los domingos como tales han muerto, al menos en Barcelona ciudad. Las calles están llenas de gente paseando, tráfico bullicioso y el metro a petar. No sé donde van los tiparracos con todo cerrado, hay más gente suelta que un día entre semana. Esto antes no pasaba, los domingos siempre se habían caracterizado porque veías las calles baldías, sin gente, tranquilísimas. Tal vez solo había alguien que bajaba a comprar el pan o el periódico. Vale que justo este domingo era Domingo de Ramos y el anterior, elecciones, pero esto ya viene de antes, todos son iguales desde hace un tiempo.
Tal vez se deba a la cada vez mayor afluencia de guiris, o a los inmigrantes que no tienen la tradición de salir al campo los fines de semana, o a los autóctonos domingueros de capa caída, ya que la economía no anda fina como antaño y no se pueden permitir el lujo de salir de la ciudad, teniéndose que quedar por aquí. En resumen, que está ciudad es cada día un caos más grande, que ni en vacaciones está tranquila. Aquí sobra gente jajaja.

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