martes, 11 de agosto de 2009

Opinión: Duma Key


Para mi cumpleaños me regalaron el último libro del prolífico Stephen King. Su lectura me ha llevado su tiempo y hasta ahora no lo he terminado, pero normal, ya que el tocho tiene 725 páginas. King retoma el espíritu de sus primeras historias de terror, donde te da miedo seguir pasando páginas. El libro está narrado por Edgar Freemantle, el rico dueño de una constructora de Minneapolis. La historia nos sitúa después de que Edgar haya sufrido un terrible accidente donde su vehículo fue arrollado por una grúa. Las consecuencias son graves: heridas en todo el costado derecho, cadera, pierna y hasta le tienen que amputar el brazo derecho, aparte de severas lesiones craneales que le causan en un inicio problemas en el habla, la visión y la memoria. Todo esto mezclado provoca que sufra violentos cambios de humor que hartan a su mujer hasta que esta le pide el divorcio. Siguiendo el consejo de su psicólogo, Edgar decide acabar de recuperarse de sus heridas en una casa en la playa de Duma Key, una isla ficticia en el golfo de Florida. El paisaje de este cayo tropical le instiga a retomar su antigua afición por la pintura. Comienza a dibujar cuadros de gran valor, puestas de Sol dalinianas. Pero lo malo empieza cuando se da cuenta que es la casa (y sobro todo el sonido del oleaje chocando contra las conchas bajo la edificación) lo que le empuja a hacer pinturas premonitorias. Hasta aquí puedo contar sin adentrarme mucho y spoilear la trama. A pesar de su densidad, la novela es fácil de leer y te engancha hasta el final con su ritmo tan intenso. A ver cuanto tardan en adaptarla al cine como tienen costumbre hacer con prácticamente la totalidad de las obras de King.

2 comentarios:

Javier Vega dijo...

Yo el perro con ojos verdes de Tommyknockers lo sueño todavía......


salu2

Javier Vega dijo...

Por cierto, el video de los marcianos el que lo rodó no se le ocurrió otra cosa que al ser estos verdes poner un fondo ocre, con lo dificil que es enmascarar este color. Lo intenté solucionar a base de una máscara que iba modificando fotograma a fotograma, un trabajo de chinos. se hizo el máximo, pero creo que le dá un toque mas de humor el hecho de verse fallos....

salu2