Opinión: Loquillo - Balmoral

José María Sanz, más conocido como Loquillo, ha sacado nuevo álbum de estudio después de 4 años desde Arte y ensayo. Y este no es un disco cualquiera, sino que es un disco muy especial ya que es el primero tras el final de Trogloditas, la banda a la que ha estado unido durante casi tres décadas. El último componente que quedaba era el bajista Josep Simón, que ya no acompañará a José María en esta nueva andadura.
Loquillo recurre al recuerdo de Balmoral, un mítico bar madrileño cerrado en 2006. Estaba al lado de la Castellana, con aires de local inglés y sin música. Frecuentado por políticos, músicos, poetas y por supuesto por el Loco, donde se solía ver con sus amigos.
Con Balmoral, el cantante de El Clot se ha despachado a gusto con el para mí su mejor disco hasta la fecha (y mira que lleva a sus espaldas). Es una obra que aúna los diferentes estilos que siempre nos ha ofrecido: una base de rock & roll, un poco de canción de autor y un aire crooner. A sus 47 años canta mejor que nunca y modula la voz a su antojo.
Para este disco Loquillo anda acompañado por las guitarras de los ya habituales Igor Paskual y Jaime Stinus, este último además se encarga de la producción del disco. Y en cuanto a la composición tiene a su lado las colaboraciones de Gabriel Sopeña, el Rebelde Carlos Segarra, el Caligari Jaime Urrutia, el poeta Luis Alberto de Cuenca y su viejo compinche el troglodita Sabino Méndez, que firma la canción Sol, con aires de música disco. Aparte el álbum cuenta con dos canciones tituladas Balmoral, una como prólogo y otra como epílogo. También hay sitio para las Canción del valor, Hermanos de sangre y Tatuados, que estaban en su último disco en directo. Y como no la pieza estrella del álbum, la participación de Johnny Hallyday en Cruzando el paraíso: