InterRail - Berlín

Ya estamos de vuelta otra vez en la rutina. Después de descansar unos días me decido a escribir el primer capítulo de los relatos acontecidos en el InterRail. Para no ser pesado los iré intercalando entre otras entradas poco a poco, haciendo solamente uno por lugar, que sino nos podríamos morir. Ha sido un viaje genial, divertido, el mejor que he hecho nunca, cargado de anécdotas, con dos grandes compañeros y donde hemos visto muchísimas cosas, casi todas buenas. Comencemos:

La primera parada del viaje tras el vuelo fue Berlín. Ciudad con más de 3 millones de habitantes, que para siempre estará marcada por haber sido en la Segunda Guerra Mundial la capital de la Alemania nazi. A consecuencia de este apartado de la historia, poco queda del Berlín de aquella época o anterior. Prácticamente todo el centro fue arrasado por soviéticos y estadounidenses en su asedio. Se salvaron pocos edificios, algunos de ellos restaurados y los que no aguantaron son ocupados hoy en día por edificios modernos, de cristal o también por algunos de la etapa comunista. Así que se puede decir que aunque su origen sea mucho anterior, aparenta ser una ciudad nueva, moderna, cosmopolita, tranquila, pero sin personalidad. Donde no hay una zona claramente marcada como centro de la ciudad, ni tiene aglomeraciones de gente, tráfico y turistas. También es una urbe plagada de árboles, en algunas zonas tan espesos que no llegas ni a ver lo que tienes en la otra acera de la calle.
Después de hacer esta explicación de la ciudad a primera vista, voy a comentar algunas de las cosas más remarcables que vimos. Lo primero el Muro de Berlín, o mejor dicho lo poco que dejaron de él. Quedan 1,3 km en Mühlenstrasse, aparte de algún cacho más por ahí perdido. El trozo más largo está lleno de grafittis y pintadas que hacen los turistas. Conocido por los propios alemanes como El Muro de la Vergüenza, fue la frontera que separó las dos Alemanias, la Federal y la Democrática, desde 1961 hasta 1989, coincidiendo con la Guerra Fría. También en relación con el muro está el Checkpoint Charlie, lo que hay ahora es una reproducción de uno de los más famosos pasos fronterizos del muro.

El Muro de Berlín

Entre los edificios que sobrevivieron a la guerra están el Parlamento Alemán (Reichstag), restaurado por Norman Foster, el cual añadió la actual cúpula de vidrio. El edificio es famoso por ser protagonista de una de las fotos más conocidas de la Segunda Guerra Mundial, donde un soviético aparece sosteniendo la bandera de la URSS en todo lo alto. Otros de los monumentos que aguantan son la Puerta de Brandeburgo y la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm, que es la torre que queda de la iglesia original, la cual fue duramente bombardeada en la guerra y que se conserva como monumento contra ella.

Reichstag

De cosas que se hayan hecho después de la guerra y como protesta o recuerdo constan un panel indicador que señale el punto y la calle ya inexistente donde se encontraba la Nueva Cancillería del Führer y su Bunker; el Memorial del Holocausto, compuesto por 2711 bloques de hormigón en honor a los judíos fallecidos o la Topografía del Terror, que es una exposición de carteles y fotos acerca de las principales dependencias del aparato nazi al servicio de la represión e ilustra la dimensión europea de este sangriento régimen. Está ubicada entre los restos del cuartel general de la Gestapo y las SS.

Letrero donde estaba el Bunker de Hitler

Mega hit photo compilation sobradas vol.XVI:

Checkpoint Charlie

Detalle de la Victoria en la Puerta de Brandeburgo

Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm

Catedral

Torre de Alexander Platz


Memorial del Holocausto


Adolfo