Para comer volvimos a repetir argentino, aunque este tenía más pinta de español que de otra cosa, tanto por la decoración, por la música e incluso la comida. En el pudimos degustar pa amb tomàquet al más rancio estilo holandés, con una allioli sosa, pero sosa sosa sosa.
Por la tarde y para que bajase la comida fuimos haciendo el camino de vuelta al hotel por las mismas calles que nos había llevado el tranvía hacía unas horas. Vimos la torre de la moneda y el mercado de las flores, al más puro estilo Rambla de les Flors de Barcelona. En él puedes encontrar bulbos de tulipanes, la típica flor holandesa, entre otros souvenirs como no, eso en todos lados del centro.
Caminando y caminando fuimos a topar con una zona preciosa y tranquilísima en medio de la urbe, donde está la Universiteit van Amsterdam (UvA). Me podría haber quedado allí toda la tarde apollardado contemplando la gente pasar, sintiendo el ritmo de la ciudad. También descubrimos un mercado de libros, pero lógicamente no nos interesaba mucho, ya que se iba a poner a leer un libro en holandés tu puta madre.
Mega hit photo compilation sobradas vol.II:
2 comentarios:
Muy bonito el artículo querido mamarracho, te ha faltado comentar la estupenda música del argentino y el regalo de la Heineken xdd
Mare mia... andando!!! Si hay un largo trecho!!! Tais locos... ademas ¿pamtomaquet? Normal que sea rancio!!! Si esa gente, lo de cocinar bien...
Publicar un comentario