Una vez dejadas las cosas y cotilleado el hotel ya estaba anocheciendo, así que nos dirigimos hacia la calle Fremont, donde están los viejos casinos como el 4 Queens y que se han sacado de la manga The Fremont Street Experience para intentar atraer jugadores hacia unos casinos desfasados, ya que los temáticos y más lujosos están en el Strip, boulevard perpendicular al sur de esta. Para ir nos adentramos por callejuelas saliéndonos de la calle principal, cosa poco recomendable ya que la zona es bastante chunga y la gente que te cruzas no es de lo mejor. Lo que han montado en Fremont es una pantalla en forma de cúpula que cubre la calle de lado a lado abarcando cinco manzanas y todas las noches hacen pases de su espectáculo visual. Además por la zona hay bastante ambiente, con las típicas estatuas callejeras al estilo de las Rambles de aquí o gente disfrazada de famosos, de Elvis como no, barras de bar en la acera con camareros haciendo cocktails o gogós bailando en podiums en plena calle.
Para el día siguiente dejamos el resto de casinos, que realmente es lo único que hay que ver en Las Vegas. Si no te gusta el tema del juego puede que la ciudad te parezca casposa, hortera y de cartón piedra, pero tiene su gracia. Hay casinos ambientados en diferentes partes del mundo, algunos ostentosos e inmensos como el romano Caesars Palace, también tienes una esfinge y una pirámide en el Luxor, el Excalibur representa el castillo del Rey Arturo y ciudades como New York, París o Venecia. En todos los casinos hay espectáculos de pago si te quieres dejar la pasta, pero nosotros vimos algunos de los gratuitos, todos ellos nocturnos: en el Bellagio hay un show musical con canciones de Sinatra y fuentes de colores, en The Mirage un volcán en erupción y en Treasure Island un espectáculo de sirenas.
2 comentarios:
ahhhh ¡¡¡ un lugar loco ¡¡¡¡
Hola! Muy buena crónica. Se ve que la han pasado genial. Y las fotografías son muy lindas. Los hoteles en las vegas son espectaculares! Bye!
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