Cosas que vimos: el río Inn que cruza toda la ciudad, el cual tiene un color gris espeso que de lejos parece más una carretera de cemento que agua, no querría caerme en él con esa espesura; el Tiroler Landestheater, teatro con acceso a los jardines Hofgarten, donde vimos partidas de ajedrez gigante; la Catedral de San Jacob que parece una mierda por fuera pero que por dentro es chulísima; el tejadillo dorado y la Bergiselschanze, la plataforma de saltos de esquí, de Zaha Hadid, construida para los Juegos Olímpicos de Invierno de 1976.
A diferencia de Viena, donde ya no había ni rastro de nada de la Eurocopa como las botas y la pelota gigante que había en MuseumsQuartier, en Innsbruck sí que vimos varias cosas relacionadas con el torneo de fútbol. Aparte de ver a más de un niño con camisetas de David Villa, tenían un monumento a la Eurocopa hecho con balones, alguna valla publicitaria que sobrevivía todavía o una rotonda con los grupos hechos a partir de banderas de los países. Y lo más importante el Tivoli Neu Stadion, el campo donde comenzó España a fraguar su victoria y donde jugó los dos primeros partidos.
Mega hit photo compilation sobradas vol.XXII:
1 comentario:
yeja!... te contesto aquí lo del CÓMICO no sea que se ofenda el que organizó la despedida... ejej.
La cómida una mierda, el local pequeño (y desconozco el precio). El humorista del local es un tio con muuuchas tablas, pero para hacer contento a todo el mundo cuenta chistes de pedos, andaluces y catalanes, aunque con mucha gracia y salsa.
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