Era ocasión para descubrir el Centro Storico, las calles estrechas y curvadas. Pero no me sorprendió nada y era más de lo mismo que el resto de la ciudad, donde solo se salvan los monumentos y las ruinas.
Vimos el Campo di Fiori, un mercadillo típico de la ciudad, donde algunos días venderán flores, pero lo único que vimos allí fueron frutas, verduras y hortalizas.
Entre otras cosas, pasamos por la Galleria Spada o el Templo de Adriano, pero de lo más destacable es la Piazza Navona, en remodelación como muchísimos de los monumentos que vimos. En su día fue un circo, del cual conserva su forma. En ella hay una fuente central que representa el Nilo, el Ganges, el Danubio y el Río de la Plata y a ambos lados de la plaza hay otras dos, una dedicada a Neptuno y otra al ¿Moro?.
Para acabar entramos en el Panteón, templo construido para adorar a todos los dioses. Iglesia circular con la cúpula abierta por la que entra la lluvia. Dentro está Rafael enterrado, con su Madonna custodiando la tumba.
Una vez visto todo, como conclusiones de tal ciudad extraigo que hay aceras, vados, semáforos o pasos de cebra escasos y donde les parece. Todas las calles están aún adoquinadas, parcheadas y como no con baches. Así que cuando llueve diviértanse señores, porque es toda una odisea andar por ellas. De verdad no se como se las apañan los minusválidos o la gente con carritos para moverse entre unas cosas y otras. A esto hay que sumar que el tráfico es un caos y ningún coche se detiene para dejarte pasar. En cuanto a parques, árboles o bancos para sentarse también andan caninos. Los vendedores ambulantes te asaltan y te meten los productos encima. Y la gente se recoge muy pronto, a las 7 de la tarde las calles ya están muertísimas incluso en fin de semana.
Pero a pesar de todo merece la pena visitar Roma jeje.
Con esto dejamos los viajes hasta el Interrail 2008 en julio.
Roma - Capítulo I
Roma - Capítulo II
Roma - Capítulo III
Mega hit photo compilation sobradas vol.X:
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